viernes, 21 de febrero de 2014

Reflexiónes e inmediateces.

Que sí, que ya se que no escribo con la asiduidad que me (y os) gustaría, que tendría que escribir al menos una vez a la semana, que no os cuento lo que me acontece, ni lo que se me pasa por la mente... y no es por falta de tiempo, si no por las nuevas tecnologías. Me explico... cuanto tenía mis antiguos blogs, donde vivo no había cobertura móvil, no había adsl, tenía que conectarme vía telefónica, podría escribir en la página, volverme a conectar y publicar la entrada (parece el pleistoceno, pero hace menos de 4 años). No me interrumpían las aplicaciones de mensajería instantánea, no estaba con jueguecitos de pájaros enfadados, no alimentaba a un bicho con pinta de patata, en fin... que no me distraía con el móvil de última generación que me conecta al mundo de una forma inmediata y absorbente.

Pensaba hace unos días, mientras iba al trabajo, que antes tenia más tiempo, no se si por opción u obligación, tenía más tiempo para estar conmigo mismo, para pensar sobre qué y cómo escribir, salía más de noche y contaba lo acontecido en esas horas, en definitiva, vivía de una forma diferente.

Ahora ya medio ennoviado, teniendo que contactar con él por teléfono que algunas veces no deja de sonar en toda la mañana, tarde o noche. El vicio que les tengo a los juegos que no paro hasta matar a todos los gorrinos del dichoso jueguecito de los pájaros (con todas sus variantes), las redes sociales, las actualizaciones, las nuevas app que bajarse de la tienda virtual, el juego que instalo y luego desinstalo por que no me ha gustado... vamos, que antes tenía más tiempo para mi, y menos para estar pendiente de una pantalla, que no es que no quiera darlo, pero también echo en falta un poco de soledad física y virtual.

Y sin otro particular, me despido hasta la próxima.