martes, 24 de diciembre de 2013

Cumplir años.

Tal día como ayer, 23 de diciembre, el que escribe esto cumplió 35 otoños, aún no primaveras, y sinceramente, lo llevo mal. Ya sé que cumplir años es alegría, señal de que estás aquí, con tu gente, que puedes celebrarlo... que sí, que sí... pero no puedo evitar sentir que tengo la edad que tengo, que estoy más cerca de los 40 que de los 30, que me planteo que hago con mi vida, que no sé por qué ha de celebrarse que uno se va ajando... y todo esto, para más inri, en plena vorágine navideña de turrones, sidras y villancicos por doquier.

En mi habitual choque de sensaciones, también he de decir, que agradezco que la gente me felicite en el 'caralibro', me whasappee, me llame, me de dos sonoros besos en la mejilla, me estire de las orejas, vamos, que se acuerden de uno. A mi me pasa, no se si a vosotros, mis asiduos lectores también, que al ver en la agenda, en el muro el facebook, al sonarte una señal en el móvil, al llamarte tu madre diciendo que llames a tal o cual persona “que cumple los años”, como le gusta decir (las madres, esas agendas andantes)... Resumiendo, cuando alguien cumpleaños yo siempre recuerdo los buenos momentos vividos con esa persona, esas charlas íntimas en la barra de un bar, en el banco de un parque, paseando..., esas risas en tal o cual rincón, ese viaje de descubrimiento mutuo, la intimidad de una mirada.... Pensándolo mejor, no está tan mal cumplir años, se van acumulando buenos momentos, los malos que se queden atrás, en lo más recóndito y perdido de la memoria.

Como dice una burbuja de esa conocida marca de cava... ¡¡FELICES FIESTAS!!


Y sin otro particular, me despido hasta la próxima.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Volver con la frente marchita...

Como dice el famoso tango cantado por Carlos Gardel, vuelvo, no a aquella cuidad de “pálidos reflejos y hondas horas de dolor”, si no a escribir, a poner parte de mi vida ante el escrutinio más o menos público, pues nunca mi blog fue de masas. Y sí, vuelvo con la frente algo marchita y “las nieves del tiempo platearon mi sien”.

El motivo de mi vuelta ha sido por petición de mis escasos, pero fieles, lectores. Por que me apetecía. Por que me hacía falta. Por que sí. Por que no se necesita una razón para volver a escribir, que es algo que ejercita la mente.

Han pasado cosas en mi vida, buenas y malas, como a todos imagino. Se han marchado amistades, he recuperado otras, mantengo muchas, he hecho nuevas. Pero sigo trabajando en lo mismo, sigo estando hipotecado, mantengo el mismo coche, he llorado, he reído, he vivido en definitiva y “lo que te rondaré morena...”, o al menos eso espero.

Poco más que añadir a éste mi primer post en mi tercer blog, espero que lo que vaya apareciendo en él sea de vuestro agrado y sigáis leyéndome.


Y sin otro particular, me despido hasta la próxima. (que ganas de volver a teclear la frase).